Os podéis imaginar el contraste entre el clima de Chicago (-15º y nevando el sábado) con el de Miami (25º y soleado). Nada más y nada menos que 40ºC de diferencia. Una locura, vamos. Sin embargo, y aunque suene un poco descabellado, no cambio Chicago por Miami. Por un tiempo sí, sin duda. Poder disfrutar de la playita, del buen tiempo, etc., no tiene precio. Sin embargo, Chicago ofrece muchas más posibilidades. Miami no parece Estados Unidos. Hay más gente hablando español que inglés, y el ambiente es más caribeño que otra cosa. Todo parece que va más lento. El transporte público deja bastante que desear, por lo que el coche se convierte en una herramienta indispensable. En fin, un poco de todo.
Bueno, centrándonos en el asunto, el sábado alquilamos un coche y nos fuimos a los Cayos de Florida. Es un conjunto de islas, que se extienden hacia el sur del país. Están unidas todas ellas por puentes, que al cruzarlos dan la sensación de estar entrando directamente en el mar. Hay alrededor de una decena de islas. El primero y más largo es Cayo Largo, famoso por una película del mismo nombre. Después hay otros más pequeños, Isla Morada, Marathon, Bahía Honda y otros, hasta llegar a la joya del viaje, Key West, el punto más al sur de Estados Unidos. Es curioso, pero Key West está más cerca de La Habana, en Cuba, que de Miami. Está a sólo 90 millas de Cuba, mientras que hay 150 millas hasta Miami. Vimos el atardecer en Key West e hicimos las fotos de rigor.
El domingo aprovechamos para conocer Miami Beach, que es donde vive Nacho. No se puede negar que es un lujo vivir a 10 metros de la playa todo el año y con este clima. No me pareció una playa muy espectacular, ni la arena especialmente fina, ni el agua especialmente clara. Seguro que habrá playas mejores. Sin embargo, la situación, el clima y el nivel que flota en el ambiente lo convierten en la envidia del país.
Tras el ajetreo de las últimas semanas, se avecina un período de tranquilidad, en principio. Así que habrá que aprovechar para recargar pilas y poner un poco de orden. Como es costumbre, y para que no os olvidéis de mi cara, dejo algunas fotos del viaje.