domingo, 16 de noviembre de 2008

Que viene, que viene

Se comenta estos días por Chicago la noticia. Que viene, que viene, dice la gente. Y además parece que está aquí para quedarse un buen tiempo. Hablo del frío, claro está. El frío ártico de Chicago, que, junto al viento que suele soplar, se convierte en algo 'muy chungo'. La imagen siguiente muestra el Lago Michigan en enero...


La temperatura media en los meses de invierno (diciembre, enero y febrero) es inferior a 0ºC. El mes de enero se lleva la palma, con una temperatura media de -11ºC. Y por si eso no fuera suficiente se une el viento. Chicago es conocida comúnmente como 'The windy city', 'La ciudad del viento', así que no hay más que hablar.

Y ahora una explicación científica: Chicago se encuentra a la orilla del gran lago Michigan, por lo que está directamente influenciado por los vientos del Ártico. Además, tras el incendio que destruyó gran parte de la ciudad en el siglo XIX, se diseñó un nuevo Chicago repleto de grandes edificios y calles estrechas. Esta nueva configuración arquitectónica resultó en un laberinto lleno de túneles, ideales para que el viento se escabulla y adquiera aun mayor velocidad. En resumen, ¿no querías caldo? Pues dos tazas.

Este pasado fin de semana cayeron los primeros copos de nieve, aunque no llegaron a cuajar. Sin embargo se prevé que esta semana las temperaturas caigan definitivamente para instalarnos en cifras negativas. Pero eso sí, midiéndolo en la escala Celsius. Los americanos, como son muy suyos, utilizan otra referencia para medir la temperatura, la escala Fahrenheit, según la cual 32ºF corresponden a 0ºC. Yo creo que es una cuestión psicológica. Si ves un termómetro y pone -5º, te quedas un poco frío. En cambio, si pone 22º, aunque sea Fahrenheit, parece que sea momento de sacar la ropa de verano... La conversión es aproximadamente así: ºC = (ºF-32) /1,8

En fin, habrá que abrigarse y tomárselo con filosofía. Ya lo dice el refranero, 'A mal tiempo, buena cara'.

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