Esto no para. Ahora, Panamá...

Ya sé que esto parece una locura. La gente me comenta que no puede ser que esté aquí trabajando, tanto viaje arriba y abajo. Pero sí, aunque no lo parezca sí que trabajo, no mucho, eso sí, pero bueno, eso es otra historia. Todo esto es para hablar de mi último viaje. El día 25 de mayo en Estados Unidos es el Memorial Day, en que se rinde homenaje a los veteranos de guerra y a los caídos en combate. Claro está, es fiesta nacional, así que se presentaba un nuevo puente de 3 días. Mi compis de la Ofi ya tenían un viaje programado a Los Ángeles, donde yo ya había ido con Patri en el road trip que hicimos en Semana Santa por California. Así que mi intención era cogérmelo con calma y quedarme en Chicago disfrutando de la ciudad y del buen tiempo. Pero finalmente me pudo el deseo de viajar, así que, tras contactar con los becarios de Miami, organizamos un viaje a Panamá...

Ni más ni menos que Panamá, país conocido sobre todo por el Canal, que une los Océanos Pacífico y Atlántico. Claro está fuimos a visitarlo, y vimos como los barcos cruzan para entrar desde el Oceáno a la parte navegable del Canal que los llevará a la otra parte... es realmente impresionante ver el el sistema de esclusas o compuertas que han construido y el proceso para para adaptar el nivel del agua de cada Océano y el del Canal.

Pero hay muchas cosas más en Panamá aparte del canal. Al ser un país tan estrecho, de sólo 80 kilómetros de parte a parte en algunos puntos, permite recorrerlo completamente con facilidad. Eso hicimos nosotros. Un día cogimos una avioneta para ir a una isla en el Océano Pacífico. Isla Contadora, llamada así porque era utilizada en otros tiempo para contar las perlas que se sacaban de las profundidades del mar. Ahora es un paraíso tropical de playas y aves.

El día siguiente alquilamos un coche para ir a la otra punta del país, a la zona del Caribe. Fuimos a Portobelo, tierra de piratas, donde hay también hay un conjunto de islas a las que se puede acceder con un bote. Y allá que nos fuimos, a descubrir los secretos de la zona. Una de las cosas que más me llamó la atención fue la poca cantidad de turistas que vimos, tanto el día de Contadora como este día. Prácticamente éramos los únicos turistas en toda la isla. Los lugareños nos comentaron que era temporada de lluvias y tal, pero no sé si eso es suficiente motivo. Me dio la sensación de que, pese a que Panamá tiene auténticas joyas, no lo vende como turismo al nivel de Costa Rica o México. Probablemente tampoco les hace falta. Con los ingresos del Canal, ya da para mucho. Realmente es más auténtico así, te sientes verdaderamente en una isla perdida, ...

Y poco más. En cuanto a lo que es la ciudad propiamente dicha, me pareció que la influencia española no es tan acusada como cabría esperar. La estancia de los americanos durante muchos años se nota bastante. Hay que tener en cuenta que la zona del Canal fue propiedad de Estados Unidos hasta el año 2000, sólo hace 9 años... Hasta el punto de que el dólar se acepta como moneda de circulación válida en el país.

En cuanto a seguridad y pobreza, el becario de allí nos comentó que, aunque hay zonas conflictivas en las que mejor no entrar, en conjunto es un país bastante seguro. Sin embargo, las desigualdades son muy acusadas. Hay un montón de grandes empresas y de gente de negocios que gana dinero a la sombra del Canal, mientras que la mayor parte de la población se muere en la miseria... En fin, es un mal conocido y que tardará tiempo en cambiar. Además, es un país en la que se mantiene un gran porcentaje de población indígena. Así, una gran parte de la zona del Caribe está habitada por los indios Kuna, que conservan las costumbres y el estilo de vida de hace más de 500 años...

En resumen diré que Panamá me pareció un país digno de visitar, con muchas cosas que ofrecer, aunque la mayor parte de ellas desconocidas en general. Es un país que vive a la sombra del Canal, sin mayor interés en hacer publicidad de la gran cantidad de bellezas naturales que posee. Otra de las características que no he comentado es el calor. Menudo bochorno... unos 35º, húmedo, ... en fin, no hasta el punto de ser insoportable, pero casi.

Finalmente, tras cuatro días de turismo a tope, llegaba el momento de volver a Chicago. El mes de mayo entra en los últimos días y ya vamos a entrar en el octavo mes de la beca... esto se acaba.