Ya de vuelta en Chicago, teníamos cuatro días para conocer la ciudad. Entre medias, llegó mi hermano Jose, con lo que, ahora sí, y después de ya algún tiempo nos reuníamos de nuevo la familia al completo. El clima acompañó bastante por lo que disfrutamos de la mejor cara de la ciudad. Es curioso que la mayor parte de la gente que ha visitado ambas ciudades coincide en señalar Chicago como más bonita y acogedora que Nueva York. Y yo, personalmente, no puedo estar más de acuerdo. Nueva York es la capital del mundo, la que nunca duerme, con monumentos tan emblemáticos como la Estatua de la Libertad o el Empire State, pero la elegancia, la armonía y la belleza de Chicago son insuperables.
Además, tiene una gran cantidad de 'indispensables'. El lago Michigan, que cualquiera confundiría con un mar, bordea la ciudad dotándola de una gran cantidad de playas y zonas de recreo. La Torre Hancock, con su característico color negro y sus dos antenas rozando el cielo, encumbran la calle principal de la ciudad, Michigan Avenue. El edificio más alto de Occidente, las ahora llamadas Torres Willis, son el símbolo de la cuna de los rascacielos. Y qué decir de las zonas verdes, casi innumerables, que actúan como pulmón de la ciudad. Lincoln Park, Grant Park, Jackson Park, etc, etc. Y eso no es todo, Millenium Park, con el Bean, el Pritzker Pavillion o la Crown Fountain. El Art Institute, la Universidad de Chicago, Evanston, el templo Bahai, el Field Museum, Navy Pier, la Buckingham Fountain, y tantas y tantas cosas.
Además, tiene una gran cantidad de 'indispensables'. El lago Michigan, que cualquiera confundiría con un mar, bordea la ciudad dotándola de una gran cantidad de playas y zonas de recreo. La Torre Hancock, con su característico color negro y sus dos antenas rozando el cielo, encumbran la calle principal de la ciudad, Michigan Avenue. El edificio más alto de Occidente, las ahora llamadas Torres Willis, son el símbolo de la cuna de los rascacielos. Y qué decir de las zonas verdes, casi innumerables, que actúan como pulmón de la ciudad. Lincoln Park, Grant Park, Jackson Park, etc, etc. Y eso no es todo, Millenium Park, con el Bean, el Pritzker Pavillion o la Crown Fountain. El Art Institute, la Universidad de Chicago, Evanston, el templo Bahai, el Field Museum, Navy Pier, la Buckingham Fountain, y tantas y tantas cosas.
Pues todo eso, o la mayor parte, disfruté con la familia. En cuanto a la convivencia, diría que fue lo mejor del viaje. Nos reimos mucho y lo pasamos genial. Además, finalmente hay que reconocer que fue Jose el que durmió la mayor parte de los días en el suelo, por lo que no puedo quejarme. Dejo testimonio gráfico de la visita, incluyendo el chapuzón en el Lago Michigan, que siempre es un reto importante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario