lunes, 29 de diciembre de 2008

Costa Rica, pura vida (parte 2)

A las diez de la noche llegamos a San José, capital de Costa Rica. La primera incursión en el país no fue muy alentadora. Nos habían advertido que era una ciudad peligrosa, sobre todo, de noche. Más si cabe a la hora de la cena el día de Nochebuena, cuando toda la gente 'normal' está con la familia. En la calle sólo queda lo mejorcito de cada casa, y eso fue lo que nos encontramos a nuestra llegada.

Por fortuna no pasó nada, pero recuerdo que a la entrada del hotel, nos iba persiguiendo un 'morenito' con una pinta bastante rara. Menos mal que íbamos ya con el coche alquilado y pudimos hacer una huida rápida.

El día siguiente empezó el verdadero viaje a Costa Rica. Nuestro primer destino era la zona del Volcán Arenal. Se trata de uno de los volcanes más activos del planeta, pese a que no dio señal de actividad hasta el año 1968. Por la noche, si las nubes lo permiten, se aprecia la lava del volcán. Además, en sus alrededores hay gran cantidad de aguas termales o hot-springs.



Siendo sinceros, el tiempo no acompañó demasiado y no pudimos ver la lava por la noche. Para compensar un poco, a la vuelta, descubrimos un paraje natural de aguas termales, donde nos metimos al instante. De noche y con la luz del móvil nos metimos en el bosque hasta dar con el agua. Después de relajarnos con el agua caliente, nos aventuramos río arriba hasta que llegamos al lugar donde se mezclaba el agua caliente con el agua fría. Todo, a la luz de un móvil y con las chanclas y la toalla atadas a un tronco. Eso no tiene precio (para todo lo demás, ya sabéis).

Después del Arenal, el día siguiente nos encaminamos hacia el sur. El destino era Manuel Antonio. La distancia no es muy grande, pero claro, las carreteras hay que verlas. Tardamos como unas 7 horas en recorrer 200 kilómetros... Bien es verdad que hubo un accidente de camino que nos tuvo bastante tiempo parados. Y es que claro, un accidente aquí puede ser fatal.


El viaje en otro sitio podría ser pesado, pero claro, lo bueno de Costa Rica es la naturaleza. Pura vida. Así que, un trayecto en coche por el país es espectacular. Además, la segunda parte del viaje la hicimos bordeando la costa del Pacífico. Verde por todas partes, animales, agua... Más que contarlo, hay que verlo.



Finalmente llegamos a Quepos, destino final de nuestro viaje. Lo mejor del viaje estaba por llegar.

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