lunes, 31 de agosto de 2009

La familia cruza el charco (parte III, Toronto y Niágara)

Penúltima parada en la visita de la familia. Nos fuimos a Toronto, en Canadá, y aprovechamos para acercarnos a las famosas Cataratas del Niágara.

Se dio la circunstancia de que el mismo día que llegábamos a la ciudad, el Real Madrid jugaba en Toronto contra el equipo local. Además, el hotel en el que se hospedaban quedaba cerca del nuestro. Así que, aprovechando las circunstancias, nada más aterrizar y dejar las maletas nos acercamos al hotel a ver si había fortuna. Y vaya si la hubo. Pudimos ver a los jugadores entrenando en el hotel. Tampoco fue nada del otro mundo, pero tampoco se ve a los Kaká, Benzema, Raúl o Cristiano todos los días. Más tarde, nos volvimos a acercar a ver la salida de los jugadores hacia el estadio. Pero solo pudimos ver el autobús, una pena. Habrá que pedir explicaciones a Florentino... tantos millones gastados en figuras, para esconderlas en un autobús. No parece la mejor política de márketing.


Cambiando de tema, el viernes aprovechamos para conocer un poco la ciudad y subir a la torre CN Tower, una de las más altas del mundo, desde donde se ve el 'torontontero', o, lo que es lo mismo, Toronto entero ;)


Y el sábado, el plato fuerte del viaje. Ni más ni menos que las Cataratas del Niágara. Aun me acuerdo de la escena en la que aparecen en Supermán. Y ahora, allí que iba, con mis padres y con mi hermano, a verlas con mis propios ojos. Increíble. Como éramos cuatro, y tampoco tenía muchas ganas de alquilar coches e historias, contraté una excursión que vi por Internet. Las sorpresas empezaron cuando esperábamos el autobús en el hotel. Apareció una limousina que iba a ser la encargada de llevarnos hasta el punto de encuentro para coger el autobús... Menudo nivel!

Después hay que reconocer que el autobús era más normalito. Hicimos unas cuantas paradas previas antes de llegar a las Cataratas. Paramos en una fábrica de chocolate, en un viñedo de la zona y en un pueblecito llamado Niagara-on-the-Lake, que era una verdadera joya. Finalmente llegamos al destino principal, las Cataratas del Niágara.

Lo de las Cataratas es un caso curioso. El pueblo en el que se encuentran se llama Niagara Falls. Lo curioso es que hay un pueblo con ese nombre en Canadá y otro en Estados Unidos. Ambos, están unidos por un puente, el Rainbow Bridge, y separados por el río Niágara y las cataratas. Hay 3 cataratas, de las cuales, dos están en la parte estadounidense, y una en la canadiense. Aunque desde donde mejor se ven es desde la parte en la que estábamos nosotros, la parte de Ontario, en Canadá.


Para disfrutar más la experiencia, incluido en la excursión, entraba un paseo a bordo del 'Maid of the Mist', un famoso barco que lleva más de 100 años haciendo la ruta hacia las cataratas. Antes de entrar, dan un impermeable azul a cada visitante, lo que te hace pensar que te vas a mojar... Una vez dentro, la locura. Empapados de arriba a abajo. Las tres caídas de agua son impresionantes, pero una de ellas, la llamada Horseshoe Falls, es algo increíble. La cantidad de agua es tal que, al romper en la superficie, se forma una especie de niebla formada por agua. Parece que estés en una ducha... Acabamos tan calados, que el único souvenir que nos compramos fue 4 pares de calcetines para cambiarnos los que traíamos.


Estuvo muy bien. Después comimos en el Hard Rock y nos dio tiempo a hacer unas cuantas fotos más de la panorámica. Fue algo para el recuerdo. El domingo, ya quedaba poco por hacer. Cogimos por la mañana un ferry a unas islitas que hay enfrente de la ciudad, las llamadas Toronto Islands. Al estar al lado del lago, y como hay una gran cantidad de zonas verdes, la zona es bastante bonita. Para conocer un poco más y por hacer algo diferente, alquilamos un cuadriciclo durante una hora para movernos por la isla. Aún no sabíamos lo que nos esperaba.


A los pocos minutos empezamos a escuchar los truenos en el cielo. Pese a las advertencias de mi padre de que diéramos la vuelta, hasta que no vimos claro que iba a empezar a jarrear no lo hicimos. Poco después empezó el diluvio... En un principio, nos cobijamos en el cuadriciclo, pero cuando vimos que empezaba a entrar agua, corrimos al primer sitio que vimos... Otra vez, para seguir con nuestra dinámica, acabamos empapados de arriba a abajo. La tormenta fue bastante fuerte, pero tras una media hora de terror, escampó. Recogimos el cuadriciclo, que habíamos dejado abandonado en el camino y nos dirigimos de vuelta hacia el hotel. En el ferry de vuelta, la imagen de la ciudad, con el cielo despejado y las nubes cubriendo la parte baja de la ciudad, era muy impactante. Parecía el Apocalipsis...


La última aventura fue en el mismo avión. En el momento de salir, nos dijeron que habría un poco de retraso porque había tormenta en Chicago. Poco después, nos comunicaron que la tormenta estaba justo encima nuestro, así que había que esperar. No había acabado de decirlo y empezaron los rayos y los truenos... Creo que nunca he vivido una tormenta eléctrica de ese tipo, y menos en un avión. Como estábamos los cuatro, lo cogimos un poco de cachondeo, pero si llego a estar solo, creo que me cago un poco, con perdón. Finalmente, dos horas después de lo previsto, salió el avión. Llegamos a Chicago, última etapa del viaje, sin contratiempos.

El día siguiente aprovechamos para rematar las últimas cosas que quedaban pendientes. Subimos a las Torres Willis (antiguas Sears), el edificio más alto de América, desde donde nos regocijamos con las vistas de la ciudad. Y para concluir, la indispensable tarta de queso de la Cheesecake Factory...

Ahí acabó la visita. El día después llegó la despedida. Yo me fui a Dallas, donde tenía una Convención sobre Transporte e Infraestructuras, y mis padres y Jose volvieron a España. Atrás quedaron dos semanas intensas de convivencia en las que prácticamente todo salió a pedir de boca. Y lo que no, pues lo afrontamos con buena cara y la mejor de las sonrisas. Fue bonito mientras duró. Gracias a los tres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias a ti: por haber tenido la paciencia de aguantar todas las preguntas que te haciamos por tonterias.Gracias a ti: por haber sido el mejor guia que podiamos tener,asi, con poco tiempo ,lo hemos aprovechado al maximo.Y sobre todo "GRACIAS" por haber reunido a la familia y pasar dias inolvidables.
EL PAPI Y LA MAMI

 

Free Blog Counter